17 diciembre 2011
Cancer y Familia
Comunicarse socialmente
El cáncer no sólo afecta a la persona que lo tiene, sino también a la familia y los amigos más próximos. Los cambios que surgen derivados del diagnóstico de la enfermedad y el seguimiento de los tratamientos alteran el ritmo de vida familiar y las relaciones con los demás.
Si no existen razones médicas que indiquen lo contrario, se recomienda seguir haciendo todo lo que se solía hacer antes del diagnóstico de la enfermedad, incluyendo las actividades que se hacen juntos en familia y que resultan satisfactorias.
Cada persona reacciona de forma diferente ante situaciones difíciles. La comunicación con los familiares y los amigos ayudará a saber cuáles son los sentimientos de la persona con cáncer y los ayudará a entender y conocer qué miedos y preocupaciones se tienen, a la vez que les permitirá ayudar y sentirse útiles en el proceso de la enfermedad. La pareja, los hijos, los padres, los hermanos..., cada uno afrontará la enfermedad de la persona de una forma distinta. Es posible que al principio estén intranquilos, pero probablemente la vida se irá normalizando poco a poco.
La relación de pareja es una parte muy importante de la vida de muchas personas. Cuando se diagnostica un cáncer, la pareja puede ser un punto de apoyo fundamental, pero también puede ser una fuente de angustia. Dependerá en parte de los recursos que se tengan como pareja para afrontar la nueva situación y de como se utilicen. Es importante ser capaces de mantener una comunicación adecuada, de manera que la enfermedad no se convierta en un tabú, y de poder resolver juntos los problemas que surjan. El apoyo mutuo es importante para encontrar la manera de seguir sintiéndose cerca uno del otro y controlar los efectos que la situación de salud pueda tener sobre la relación.
Fuente: Infermera Virtual
El cáncer no sólo afecta a la persona que lo tiene, sino también a la familia y los amigos más próximos. Los cambios que surgen derivados del diagnóstico de la enfermedad y el seguimiento de los tratamientos alteran el ritmo de vida familiar y las relaciones con los demás.
Si no existen razones médicas que indiquen lo contrario, se recomienda seguir haciendo todo lo que se solía hacer antes del diagnóstico de la enfermedad, incluyendo las actividades que se hacen juntos en familia y que resultan satisfactorias.
Cada persona reacciona de forma diferente ante situaciones difíciles. La comunicación con los familiares y los amigos ayudará a saber cuáles son los sentimientos de la persona con cáncer y los ayudará a entender y conocer qué miedos y preocupaciones se tienen, a la vez que les permitirá ayudar y sentirse útiles en el proceso de la enfermedad. La pareja, los hijos, los padres, los hermanos..., cada uno afrontará la enfermedad de la persona de una forma distinta. Es posible que al principio estén intranquilos, pero probablemente la vida se irá normalizando poco a poco.
La relación de pareja es una parte muy importante de la vida de muchas personas. Cuando se diagnostica un cáncer, la pareja puede ser un punto de apoyo fundamental, pero también puede ser una fuente de angustia. Dependerá en parte de los recursos que se tengan como pareja para afrontar la nueva situación y de como se utilicen. Es importante ser capaces de mantener una comunicación adecuada, de manera que la enfermedad no se convierta en un tabú, y de poder resolver juntos los problemas que surjan. El apoyo mutuo es importante para encontrar la manera de seguir sintiéndose cerca uno del otro y controlar los efectos que la situación de salud pueda tener sobre la relación.
Fuente: Infermera Virtual
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